domingo, 26 de mayo de 2013

Estímulos de la vida cotidiana.

Alma disfruta mucho del juego en compañía. Y a los momentos de juego, los aprovecho al máximo para su estimulación motriz y cognitiva. Además de reforzar la postura, la fuerza y los diferentes movimientos; el lenguaje, las miradas y los gestos ocupan un lugar muy importante. Aprendí a aprovechar todas las situaciones cotidianas para transformarlas en situaciones de aprendizaje. Por ejemplo: en el momento del cambiado le hago masajes con aceite para bebés o jugamos a las cosquillas o toco su piel con diferentes texturas o aprovecho a ponerla en diferentes posiciones, etc. Durante el baño acaricio su cuerpito con la mano, con una esponja o con el jabón; le enseño a chapotear, a patalear, la muevo en el agua a diferentes velocidades, la dejo sentada solita jugando con algún juguete el mayor tiempo posible, cambio la temperatura del agua, etc. Con las comidas trato de darle diferentes consistencias, algunas papillas muy procesadas y otras menos, también le ofrezco alimentos sólidos para que tome con su mano y los lleve a su boca, por ejemplo brócoli. En algunas ocasiones, le dejo el plato con la comida para que la toque y haga el gran enchastre, todo  va a parar al piso, a su ropa y a la sillita...a su boca, muy poco. Si salimos a dar un paseo al jardín, le dejo tocar las plantas, oler las flores y la siento o la acuesto en el pasto, me aseguro de que no haya un hormiguero y listo!
Con nuestra gata, Almita se vuelve loca, le encanta tirarle de los pelos, las orejas, los bigotes, lo primero que agarre. Juanita (la gata) con tal de quedarse adentro de casa y en especial en la cama, soporta toda la tortura.
Los videos de música infantiles le fascinan y también los de Baby Einstein (videos infantiles que combinan títeres,escenas de la vida real de diferentes temáticas y música clásica). Con estos últimos, muchas veces me siento con ella a verlos y refuerzo algunas acciones o palabras para que comience a recordarlas y a asociarlas. Cada cosa que veo que llama su atención, la nombro, sin diminutivos ni distorsiones. Muchas veces tenemos largas conversaciones y ella ya sabe respetar turnos, cuando habla mamá, ella espera su turno, después es mamá la que escucha sus largos aaaaaaaaaaaaaaaa, aguuuuuu y ajooo.
Tenemos armada una pequeña biblioteca compuesta por: cinco o seis libros con texturas, otros con dibujos de diferentes objetos o fotografías de animales, dos con sonidos y un cuento almohada. Los "leemos" bastante seguido, Alma los disfruta un montón, los toca, da vuelta las hojas  y escucha lo que le voy contando.
De todas formas, muchas veces siento que no estoy haciendo lo suficiente para estimularla y que pierdo el tiempo tan preciado en el que la plasticidad cerebral es óptima (0 a 6 años). Pero tampoco quiero someter a mi hija a un maratón de terapias y que todo se vuelva una carrera contra el tiempo y un cúmulo de ansiedad y nerviosismo. Creo que los mejores estímulos son: el juego libre, desestructurado, divertido; el amor,expresado con caricias, con palabras, con miradas; la confianza, creer en tu hijo/a y sus posibilidades, no tener miedos ni transmitírselos; la sociabilización, incentivar al máximo el contacto  con las personas de la familia y ajenas a ella; la protección que todo bebé necesita pero que no debe limitar sus posibilidades de explorar y de vincularse con el entorno físico y social y la vida misma con toda su riqueza de estímulos.











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