viernes, 25 de octubre de 2013

El primer año de mi vida.

   Un año atrás, por estas horas, aún estaba en la panza,  preparándome para conocer un mundo nuevo, del cual sólo conocía sonidos y la tenue claridad que la piel de mami dejaba pasar, hacia el que fue mi hogar durante nueve lunas. Sólo Dios y yo sabíamos que mi nacimiento iba a ser sorpresivo y doloroso para mi familia, en especial para mis papás.
   Yo vi la cara feliz de mami con sus ojos llenos de amor enfocados en mi perfil derecho; también note las lágrimas de alegría de papi; escuché el comentario de satisfacción de la obstetra, por lo bien y rápido que se desarrolló el parto; pero también percibí la cara sería de la pediatra mientras me revisaba y soltó el diagnóstico desgarrador: síndrome de Down. No pude dejar de escuchar la expresión desesperada de  mi mamá ( ayyyyy no!!!), ni evitar las lágrimas de mi papá...que ya no eran de alegría. Se que causé miedo e incertidumbre en mis padres, porque no sabían que estaba pasando ni a que se enfrentaban.
   Pero pasaron las horas, los días, los meses y todo se fue acomodando. Y saben qué?: yo ayudé mucho para que eso suceda: me esforcé para levantar la cabeza desde los primeros días, porque eso ponía contentos a mis papis, las primeras sonrisas tampoco las hice esperar demasiado; me senté solita un mes antes que los bebes sin SD y cuando noté que mis demostraciones ya no llamaban tanto la atención, improvisé un volteo espectacular, en pleno asado de domingo (no imaginan el griterío que se armó). Después fui perfeccionando la "técnica" junto a mi estimuladora Silvina (que sólo me hace enojar cuando me pone en el rodillo).
   Así es que con tanto ejercicio y tanto piso, le encontré el gustito al movimiento y ahora no me para nadie; y ni hablar de la fuerza que tengo, sino pregúntenle a mi abuela Miriam, sobre los tirones que le doy al mantel y tiro todo lo que esta en la mesa; y si no quiero soltar algo que tengo en las manos, ni intenten sacármelo; las orejas de mama saben de eso, varias veces me prendí con todo el fervor, de sus aros colgantes. Y cuando mami me cambia, aparte de hacer diez mil payasadas, me quiere morder un cachete (no el de la cara) y yo pateo con mis dos piernas juntas al mejor estilo ninja, para evitarlo...resultado: unos cuantos chichones en la cabeza.
   Me porté bien este año...aprendí mucho y voy por más, porque todo es posible, porque no sirve establecer límites y pronosticar; lo que sirve es hacer, ocuparse y encontrar el límite uno mismo, descubrir los potenciales, las fortalezas y también las debilidades...por qué no?  en el acontecer y accionar diario.
   La verdad...creo que mi familia pasó un año maravilloso conmigo, no es por alardear, pero los tengo loquitos a todos, se mueren de amor por mi...y yo por ellos...así que voy a empezar a prepararme, porque este domingo, festejo mi cumple y mi Bautismo, y no se imaginan cuantos mimos, besos y apretujones voy a recibir!

jueves, 10 de octubre de 2013

Estimulación Temprana 10/11 meses.

 Alma continua con dos sesiones semanales de estimulación temprana. Los logros a conseguir: arrodillado, gateo y bipedestación. La terapia, ahora, se centra en mejorar la estabilidad en la pelvis, la actividad coordinada de abdominales y glúteos, la disociación de tronco y miembros inferiores y de miembros inferiores entre sí.
Silvina (estimuladora), aplica el método Bobath, que "se trata de una técnica que inhibe el tono y los patrones de movimiento anormales, facilitando el movimiento normal y estimulando en casos de hipotonía o inactividad muscular"(Centro Bobath de Londres). El método inhibe la actividad refleja anormal, a través de posturas que inhiben esos reflejos y así se normaliza el tono muscular. Se busca la actividad y los esquemas de coordinación postural y funcional, a través de la manipulación del sujeto y de su postura.
Alma aún no logra gatear, si se la pone en cuatro patas, se sostiene sin dificultad y hasta logra balancearse hacia adelante y atrás, pero a los pocos segundos se estira y cae de panza al piso. En el último mes, logró pasar de posición sentada a cuatro patas, atraída por algún objeto o juguete atractivo. Pero enseguida "se plancha" y recurre al arrastre, lo hace muy bien hacia atrás y con dificultad, hacia adelante. Los giros los hace maravillosamente bien y a toda velocidad.
Hace unos días comenzó a pasar de posición sentada a arrodillada, para intentar trepar un almohadón por ejemplo, o subirse a upa de mamá para alcanzar su preciada teta. A veces, logra ponerse de pie.
Otro logro de los últimos tiempos fue dar pasitos mientras se la lleva tomada de sus dos manos. Al principio se quedaba quieta y había que empujarle sus pies para que avance. Ahora lo hace sola y muy rápido, causa risa verla.