miércoles, 4 de septiembre de 2013

La espera y el nacimiento de Alma

El día 3 de marzo, le insistí a mi mamá para comprar un test de embarazo, ya que ella me había comentado que tenía un atraso. A la tardecita de ese mismo día, salimos a comprarlo.
Llegamos muy rápido a mi casa y “obligué” a mi mamá a que se lo haga, pero, había que esperar que mi papá estuviese con nosotros para que todos compartamos la noticia. De mala suerte para mí, tuvimos que esperar demasiado, ya que a la noche se hizo una cena entre amigos y nos encontramos toda la familia, recién en esa reunión.
Cuando todos comenzaron a irse, ya que era muy tarde, nosotros fuimos uno de los últimos en salir del lugar. En ese momento, mi cabeza estaba centrada en ese test, mi sueño era tener una hermana/o menor…
Llegamos a mi casa, corrimos todos, excepto mi papá que estaba medio shockeado y esperamos a que el  test este hecho. Cuando pudimos verlo, se comenzaron a marcar dos líneas verticales y luego dos horizontales. En ese momento casi me desmayo, estaba demasiado confundida y asustada. Mi hermano, creo que estaba en la misma situación que yo, pero mi papá además de todos esos síntomas, estaba blanco, demasiado pálido, no sé que habrá pensado para ponerse así.
Eran las doce y media de la noche y llamamos a todos nuestros familiares para informarles. Obviamente yo les di la noticia, casi la mejor parte.
Con el paso del tiempo, llegamos a la primera ecografía donde veríamos por primera vez al bebé.  Ese día tan especial fue el 15 de marzo.  Era demasiado chiquitito/a, sus latidos eran de 125 por minuto, estaba en la panza hace seis semanas y media. A mi mamá ya le estaban empezando los vómitos (cosa que yo no podía soportar).
Con esa información, nos dijeron que nacería a fines de octubre o principios de noviembre. Como soy tan adelantada, ya busqué de qué signo iba a ser y a qué escuela iba a ir.
El 7 de mayo, con la segunda ecografía, supimos que era una beba y que tenía 19 semanas y 6 días. Podíamos distinguirla un poco más pero nos fue difícil (en especial a mí, no entiendo nada de eso). Lo único que vi eran puntos blancos y negros que supuestamente eran la cabeza, los brazos, etc. Traté de darle forma como pude.
Dos meses después, el 4 de agosto, mi mamá se hizo la ecografía 4D. En esta pude verla, era muy linda y sana.


El 25 de octubre, era un día en el cual mi hermano y yo teníamos que ir al colegio y hacer toda nuestra rutina. No fue un día común, porque a las cuatro, Agustín (preceptor del colegio) entró a nuestro curso de inglés y me llamó porque mi abuela me había venido a buscar. Entonces le pregunté: "¿va a nacer mi hermana?" Y me respondió un “sí” muy rápido y me pidió que me apure.
Llegamos a la clínica a las 16:08 exactamente y comenzamos a dar vueltas por todos lados buscando a mis papás. No sabíamos ni dónde estaba la sala de partos. Preguntamos como cuatro veces hasta que pudimos llegar. Era un pasillo largo y a lo último había unas enfermeras que me empezaron a preguntar  acerca de mis papás y la bebé.
Esperamos 20 minutos aproximadamente y mis abuelas me dijeron: “¡Sol ahí vienen mirala!”, entonces me doy vuelta y veo a la bebé en el pecho de mi mamá. Las caras de mis papás, eran terribles. Serias, llorosas… ¡algo pasó! pensamos todos.
La media hora que esperamos a que nos dejen entrar a conocer a nuestra hermana fue eterna. Las enfermeras y la partera, nos decían que estaba todo bien, que era sana, pero que nuestros padres tendrían que comunicarnos algo.
Se me pasó muy lento el tiempo, pero en ese ínterin llegaron mis tíos. Les contamos todo lo que había pasado desde que llegamos a la clínica, tenían la misma intriga que nosotros.
La doctora nos dejó pasar a mi hermano y a mí. Entramos rápido a la habitación y la vimos. Era muy linda, pero estaba toda hinchada y su piel un poco lastimada. En ese momento mi papá nos dijo muy directamente que la bebé tenía muchas probabilidades de tener Sindrome de Down. La noticia me pegó bastante fuerte, no sabía que hacer. Sentí un poco de rechazo, de desilusión. En todo el embarazo me había imaginado a mi hermana "normal". Creo que en ese momento mis ojos se pusieron llorosos. Igualmente tratamos de sonreír y de no tener una mala actitud frente a la situación. Llamamos a toda la familia, mi mamá no sabía que decirles, cómo decirles lo que Alma tenía. 

Cuando entraron todos la miraron y la acariciaron. Entonces fue cuando mi mamá les contó. No puedo acordarme de su reacción, porque cada vez que decían las palabras "tiene Sindrome de Down" se me hacía un nudo en la garganta y me empezaban a llorar los ojos, medio imposible se me hizo aguantarlo.
 No me animaba a tocarla, hasta que mi mamá la agarró y dijo "tenela con cuidado" entonces la levanté y rápido me senté en el sillón que había atrás mío. Fue una de las mejores sensaciones.

Ahora, Alma ya tiene 10 meses. La quiero muchísimo y no me importa lo que tiene. Ella es cariñosa, amorosa y creo que le caigo bastante bien. Jugamos un montón cuando yo tengo ganas. Le encanta que le baile y juegue con mi pelo, que lo revoleé para todos lados. Cuando me vé, porque hace mucho tiempo que no lo hace, dice "Ataa", debe ser mi nombre en su idioma. 
Se rie mucho y es lo que quiero que ella haga siempre. Que siempre tenga una sonrisa y que nadie se la quite. Te amo Alma!












Sol

5 comentarios:

  1. Bellísimas y enternecedoras tus palabras Sol...

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  2. Que tierna historia, espero y estoy casi segura que MArcos amara del mismo modo que amas tu a Alma a su hermano Lucas....me conmovio tu historia

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  3. Cuánto amor en esas palabras.....me encantó

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  4. Qué generosidad la tuya Sol, de compartir tus sentimientos con nosotros. Nos hace crecer a todos. Gracias.

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  5. Gracias!! las mamàs que tenemos hijos con discapacidad, somos hermosamente elegidas!!!! Bendiciones!!!!!! Viva la Vida! y gracias Alma y familia por el mensaje que traen !! FELICITACIONES MAMA CORAJE!!!

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